La microbiota y la influencia del ejercicio, sueño y estrés…

La microbiota y la influencia del ejercicio, sueño y estrés…

La microbiota que cada uno tenemos, es un ecosistema vivo, por lo que hay cambios en el crecimiento y supervivencia, y cada uno de nosotros tenemos una composición única.

La dieta puede hacer cambiar nuestra microbiota, pero hoy nos centraremos en el ejercicio, el sueño y el estrés, y cómo nos afecta el estilo de vida que llevamos.

El ejercicio físico.

Con el ejercicio lo que hacemos es regular la energía y llevado a la práctica aumentará la diversidad de nuestra microbiota y lo que se sabe es que cuanto más diversa sea esta, más competente es para enfrentarse a situaciones adversas.

De ahí la importancia de hacer deporte desde niños, para mejorar la composición microbiana, potenciando las bacterias buenas , lo que repercutirá en un mejor metabolismo, mejorando las funciones cerebrales y la salud emocional.

Y está demostrado que las personas que practican deporte tienen indicadores de inflamación más bajos que aquellas que no lo practican.

En resumen el deporte o ejercicio físico, no hace falta ser deportista de élite, nos viene bien a todas las personas.

¿ Qué ocurre si comemos bien pero no hacemos ejercicio y tenemos un día a día con bastante estrés? Pues que nuestra microbiota intestinal irá a medio gas todos los días, por ello todo cambio es importante, camina a diario, elige escaleras en lugar de ascensor… en definitiva …. anímate y mueve tus bacterias!!!

Lo más importante es que la finalidad y objetivo de hacer deporte no está en perder peso o quemar grasa sino en sentirnos mejor y estar sanos.

El sueño.

Es uno de los puntos importantes que también produce cambios en nuestra microbiota intestinal, muchos de los desajustes de los ritmos circadianos se asocian con problemas intestinales. Igual que pueden afectar en esos desajustes los cambios de horarios, trabajos nocturnos…

Intentar tener una rutina establecida de sueño, tambien nos ayudara.

El estrés.

Lo que nos produce es el aumento de la permeabilidad intestinal, es decir, que se altera la función del filtro que tiene nuestro intestino para que no pase a la sangre virus, bacterias,,, y los marcadores antiinflamatorios se ven incrementados.

En las situaciones de estrés, nuestra microbiota se altera, sobretodo su movimiento, normalmente se ralentiza o detiene, por eso es normal, que en estas situaciones alimentos que antes nos sentaban bien ahora nos den problemas. De ahí que se puedan sufrir diarreas o estreñimiento y los cambios de humor.

Nuestro trabajo también influirá no será el mismo microbioma de un agricultor a alguien de una fábrica u oficina.

Los factores son múltiples y como se comentaba al principio cada uno tiene una microbiota única, pero sí podemos ayudar y mejorar factores que están en nuestra mano.

Como estos tres de los que hablamos, una buena alimentación variada, práctica de ejercicio, respetar las horas de sueño e intentar controlar el estrés.

¿Qué diría tu microbiota que debes mejorar?

 

 

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